
Han sido diez meses de trabajo en equipo, cubo a cubo, día a día, organizándose para mezclar con madera triturada, voltear, airear, vigilar… Pero la primera remesa de compost procedente de los biorresiduos que separan en sus casas los vecinos y vecinas del edificio Topacio de Las Vegas, en Corvera, ya está en los huertos y en las macetas completando un círculo que de puro natural parece muy sencillo de imitar. Pero nada más lejos, como ya recordó el gerente de Cogersa durante la intervención, son varios los grupos de personas que han intentado hacer compostaje comunitario y se quedan en el camino, no llegan hasta esta etapa final. En este momento hay ocho experiencias funcionando a pleno rendimiento en Asturias, con el apoyo material y el asesoramiento continuo del consorcio de residuos.
A la cita para sacar el compost de Las Vegas, como no podía ser menos, acudió hasta el alcalde del concejo, Iván Fernández. El primer edil felicitó a sus vecinos y ensalzó su ejemplar compromiso con el medio ambiente y con el reciclaje. A su lado el gerente solicitaba el permiso implícito para poder usar su imagen para difundirla por Asturias «y a ver si así otros se animan».
Todos los presentes se dedicaron a echar cuentas, ayudados por Alberto Fernández y Begoña Honrado, educadores ambientales que están al frente de la campaña. Desde que se puso un cubo marrón en cada cocina del edificio vertical y comenzó el ajetreo de echan en él los restos de la comida, a la compostadora de la zona común que proporcionó Cogersa han llegado 1.500 kilos de residuos orgánicos.